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Si comparamos la antigüedad con la actualidad, existen muchas prácticas sexuales que hoy en día son consideradas tabú que antes eran completamente normales. Aunque en algunos casos podemos comprender el porqué, hay muchas técnicas que son placenteras y hacen más disfrutable la experiencia de muchas personas en la cama.
El annilingus es el arte de realizar sexo oral en el ano de nuestra pareja. Seguramente sabes de qué te estamos hablando y lo tienes perfectamente identificado bajo alguno de sus nombres coloquiales, entre los cuales destacan: “beso negro”, “beso polaco”, “beso de colibrí”, “rim job” o “rimming”.
Al igual que con cualquier variante del sexo oral, esta excitante práctica sexual consiste en darle placer a otra persona usando la boca y la lengua para estimular su ano. Y aunque esta idea puede sonar desagradable para muchas personas, la realidad es que es una técnica muy disfrutable si se realiza de manera adecuada.
Algunas personas comienzan a experimentar con el sexo anal por curiosidad y aunque a algunos no les gusta, lo que es un hecho es que el ano está repleto de terminaciones nerviosas y los orgasmos anales no son un mito. Un annilingus puede ser la manera perfecta de iniciarte o disfrutar aún más de los placeres anales.
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Debido a la gran cantidad de bacterias que se encuentran presentes en el recto de una persona, es muy importante tomar ciertas precauciones para que no surja ningún contratiempo. Sigue estos Tips Kinky y disfruta al máximo sin preocupaciones ni prejuicios.
Si te animas a practicarlo, existen posturas que son ideales para facilitarte el trabajo y que todo sea más sencillo y excitante. Así que no lo pienses más y pon tus manos a la obra. O, mejor dicho, prepara tus labios y tu lengua para dar y recibir un placer inigualable que no se compara con nada que hayas experimentado antes.
La única manera de saber si algo te gusta o no, es experimentarlo. Si no sabes cómo decirle que quieres placer anal, recuerda que la comunicación es vital, exprésalo y llega a acuerdos con tu pareja para establecer límites. En este tipo de prácticas ambos miembros de una pareja deben estar de acuerdo e ir descubriendo poco a poco lo que les genera placer. ¡No tengas miedo de intentarlo!
¡Hazte Kinky!
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