Casi todo mundo está familiarizado con el condón masculino: sabemos cómo funciona, dónde comprarlo y cómo ponerlo; sin embargo, el condón femenino es prácticamente un mito entre los hombres y está muy poco arraigado entre las mismas mujeres. En Let’s Kinky creemos que es tiempo de que esto cambie, de que el condón femenino empiece a tomar fuerza y que su uso se extienda cada vez más. ¿Por qué? ¡Tiene muchas ventajas!

Para empezar, se trata de un instrumento que empodera a la mujer ya no tienes que estar dependiendo del hombre como proveedor de tu seguridad, sino que tú tienes el control absoluto de tu salud sexual. Créenos, este empoderamiento sexual te liberará de muchos miedos y constricciones que, a veces, no te dejan gozar al cien por ciento, y te dará la seguridad de que tú te estás cuidando a ti sin esperar que otro lo haga por ti.

Sabemos que hay situaciones prácticas que dificultan la difusión del condón femenino: no está tan ampliamente disponible como el masculino, es un poco más caro y no hay tanta información sobre cómo usarlo. Sin embargo, es un método útil y confiable y recuerda que vivimos en un sistema de oferta-demanda: mientras más lo usemos, más lo distribuirán y más bajará el precio (un poco como ha ocurrido con la copa menstrual). 

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¿Cómo usar el condón femenino?

Muchas mujeres no lo usan porque tienen la idea de que es inseguro, que se puede mover o meter con el movimiento; pero en realidad es incluso más seguro ya que al cubrir los labios, te protege también de otro tipo de infecciones (como el herpes). Físicamente, el condón femenino se parece mucho al masculino y también es de látex, solo que es mucho más grande y tiene dos arillos (en vez de uno), uno en cada extremo.

Para insertar el condón, debes relajarte y ponerte en una posición cómoda, ya sea acostada o semi sentada. Verás que uno de los arillos está abierto (es por donde entrará el pene) y el otro cerrado; aprieta el arillo del extremo cerrado e insértalo dentro de tu vagina hasta donde puedas llegar con tus dedos. El anillo interno subirá hasta el cuello uterino y el anillo externo quedará colgando justo fuera de tu vagina, sobre tus labios.

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Retirarlo es muy sencillo. En cuanto el hombre eyacule, toma el anillo exterior, apriétalo de manera que cierres el orificio y velo girando conforme jalas para que no pueda derramarse nada de semen mientras lo sacas. Al igual que el condón masculino, obviamente es de un solo uso, debe desecharse correctamente (envuelto en su empaque) y no puede tirarse a la taza de baño porque se taparía.  

¿Realmente es confiable?

En diversos estudios y pruebas, el condón femenino ha mostrado un porcentaje de éxito del 95 por ciento, siempre que se sigan sus instrucciones y se use correctamente. Algunos comparan esto con el 98 por ciento de seguridad del condón masculino y por eso prefieren la segunda opción; sin embargo, ya en la práctica, las mujeres que han adoptado el condón femenino reportan que han sufrido más rupturas de condón masculino que de su par femenino. 

Así que ya lo sabes, el condón femenino puede ser una excelente opción para protegerte y, al mismo tiempo, empoderarte y tomar control de tu salud sexual. La mayoría de las farmacias y supermercados ya lo venden y, aunque hay menos variedad que de sus homólogos masculinos, todos son seguros y confiables.

¡Atrévete!

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